RELATO DE UN SIGLO ¿CÓMO SER MEXICANO EN EL SIGLO XIX?

·           La autoridad de la corona y el régimen de castas establecen la forma esencial de la identificación de las colectividades.

·           La real Academia de San Carlos de la Nueva España es inaugurada en 1785. Se funda en el pleno auge del neoclásico y contribuye a difundir sus principios: racionalismo, perfección formal y fidelidad a los modelos clásicos de la antigüedad grecorromana.

·           El término mexicano se introduce lentamente en el vocabulario insurgente. José María Morelos habla de restablecer el imperio mexicano, pero en su libro sentimientos de la nación, el Generalísimo habla de América y de los americanos. El siervo mexicano tiene un concepto aún vago e impreciso de lo que significa ser mexicano.

·           El estandarte guadalupano y el escudo del águila sobre el nopal que congregan a la población y juegan un papel clave en la rebelión.

·           A lo largo de la guerra de independencia un sector importante del pueblo se unifica alrededor del estandarte guadalupano, el escudo nacional y la bandera trigarante de Iturbide.

·           Los vacíos históricos y culturales de México y la falta de referencias y significados de lo mexicano no son una era cuestión de identidad, la mayoría de la población está convencida de compartir un origen, una historia y un destino común, diferente al de las demás naciones. Le urge forjar una conciencia nacionalista para sobrevivir a un vecino poderoso y en plena expansión.

·           Para sobrevivir como nación, México necesita aglutinar a la población en torno a ideas comunes, hacer un todo coherente del enjambre social.

·           Los conservadores se apoyaban en la iglesia mexicana, que es a la vez un poderoso aliado político. Los liberales tratan de establecer la libertad de imprenta, buscan en la tradición indigenista las bases de una cultura mexicana y revindican lo propio en lo popular.

·           Desde que México nace como un país independiente, se dan manifestaciones culturales que constituyen una constelación de ideas, de formas y estilos de pensar, hacer, concebir, ver, escuchar, representar, cocinar, degustar, disfrutar, leer, gozar, sufrir, en fin, de vivir.